viernes, 30 de junio de 2017

24 Risas por Segundo anuncia su selección oficial para su 2ª edición.

24 Risas por Segundo, Festival de Cine y Comedia llega a su segunda edición y se llevará a cabo del 2 al 6 de agosto de 2017 en la Ciudad de México. Para ello da a conocer los nombres de los títulos que conformarán dos de sus secciones: Largometraje Mexicano y Cortometraje Mexicano.

A diferencia de su edición anterior, los filmes competirán por el Premio del Público, el cual se conformará por todos los asistentes a las salas donde se realicen las funciones. 

La selección es la siguiente: 


Largometraje Mexicano 

- ¿Quién mató a Julio César? De Darío Giordano Chalamanch y Jaime Muñoz de Baena. 
- Ayer te quise, mañana no sé de Pablo Arredondo 
- Ayúdame a pasar la noche de José Ramón Chávez 
- Cometa de Leonardo Arturo D. 
- Los años azules de Sofía Gómez Córdova 

Cortometraje Mexicano 

- Amor plástico de Luis Ñance 
- Archivo muerto de Marlo morales e Ivanov Marmolejo 
- Australia de Rodrigo Ruíz Patterson 
- Bienvenido hermano de Juan Carlos Rivera 
- Bueno, bonito y robado de Iván León Cruz 
- Cuéntale lo del gato de Gabriela Ivette Sandoval Torres 
- El jardín de las delicias de Alejandro García Caballero 
- La familia Terrier de Alejandro Íñiguez 
- Lo dulce de la vida de Horacio Romo 
- Puchi de Gilberto González Penilla 
- Quiero de Urzula Barba Hopfner 
- Sin rastro de Alberto Hernández Melo 
- Sin título 3 de Hill Díaz 

Además de esta selección que estará en competencia, las actividades se complementarán con una selección de cortometrajes y largometrajes extranjeros, cuyas funciones significarán su estreno en México. Además habrá muestras especiales, un homenaje, funciones especiales para la inauguración y clausura y comedia en vivo: stand up, improvisación y cabaret. Cuyos detalles les daremos a conocer próximamente. 

Sedes 

Las sedes en donde se llevarán a cabo las actividades son: Cine Tonalá, La Casa del Cine Mx, Cinema Coyoacán, Cine Lido, La Bipo y Beer Hall.

Con información de 24 Risas por Segundo.

jueves, 29 de junio de 2017

Churchill. Un hombre y la decisión que pudo cambiar la historia.

Por: Manuel Hernández-Samperio (@costas989)

La vida del mundo cambió a mediados del siglo pasado gracias a la guerra que enfrentó al nacional socialismo con el resto de los países. Mucho podría especularse sobre lo que habría sucedido si Hitler hubiera logrado su cometido y esto invariablemente nos llevaría a la importancia que tuvo la irrupción de los Aliados para combatir sus ideas. Churchill nos pone de lleno en los tiempos de la guerra y nos cuenta la historia del hombre al frente de la única nación europea en guerra que no había sido invadida.

El 6 de junio de 1944 se llevó a cabo el desembarco de Normandía que sería el preludio de la derrota del ejército alemán. A pesar de que la mayoría de los países que conformaban el bloque aliado estaba de acuerdo en la estrategia empleada, tuvieron que enfrentarse a la oposición de Winston Churchill, quien había participado en la primera guerra mundial y por su conocimiento marcial no estaba convencido de que esa fuera la mejor opción. 

En los tres días previos al inicio de la operación, Churchill tendrá que debatirse ante los generales a cargo del ejército aliado, pero también lo hará con sus propios fantasmas, su conciencia y su carácter, el cual conforme ha envejecido se ha hecho más difícil de soportar. 

La cinta, dirigida por Jonathan Teplitzki, tiene el acierto de ponernos, tras una breve introducción donde vemos a un Churchill viejo recordando la historia, de lleno en la situación que tuvo que enfrentar, lo hace sin rodeos y presentándonos a un Winston Churchill, magníficamente encarnado por Brian Cox, que se encuentra en una encrucijada pues debe decidir si apoyar un ataque con el que no está de acuerdo u oponerse haciéndole caso a su instinto. 

La cinta nos presenta el lado humano del protagonista, sin ensalzarlo, por lo contrario, se muestran los diferentes contrastes de un hombre que debía mostrarse como alguien fuerte ante sus gobernados, pero que en la intimidad se está resquebrajando, es aquí donde aparece otro de los pilares de la cinta: la presencia femenina, la cual con todo y sus bemoles será la encargada de ser el soporte del protagonista. 

Sin embargo, en el guión se presentan pequeñas trabas, la primera de ellas es el mostrar a un Churchill en acciones muy repetitivas: en más de una ocasión lo vemos explotar con sus trabajadores, o explicar sus razones para oponerse a las acciones bélicas, por mencionar sólo un par de ejemplos. El otro detalle es el giro, un tanto inverosímil que da la trama una vez que interactúa con las dos mujeres, pues es totalmente contrastante a como se veía en las escenas anteriores. 

En cuanto a las actuaciones, además del ya mencionado Cox, quien aparece a cuadro casi en la totalidad de la cinta y que hace un trabajo resaltable, el resto del reparto hace un buen trabajo, entendiendo que su función es la de servir como personajes alrededor del personaje principal. 

Otra de las características que le dan valor a la cinta es la caracterización tanto en el vestuario como en las escenografías, ambos están bien logrados, además es de mencionarse que Cox logra tener bastante parecido con el Churchill real. La manera en que se aborda la trama tiene otro acierto, el no buscar fungir como una biopic y caer en los lugares comunes que este subgénero impone, sino que busca su propia narrativa buscando tener un punto climático. 

Churchill es una película con gran propuesta, si bien obedece a la línea de películas que se desprenden de la Segunda Guerra Mundial, no busca ponernos en la guerra, sino en quienes debían tomar las decisiones que a la postre cambiarían la historia del mundo. Aún con los pequeños detalles que ya se han señalado, el filme se deja ver, en ningún momento aburre y se acompaña de excelentes actuaciones.  

Churchill, Jonathan Teplitzki, Reino Unido, 2017, 110 min. Con: Brian Cox, Miranda Richardson John Slattery, et. Al. 


Viene de noche. Buenas formas y poco fondo.

Por: Manuel Hernández-Samperio (@costas989)

Las predicciones sobre el fin de la humanidad han sido vastas, aunque a estas alturas ya empieza a sonar un tanto repetitivo: un ataque zombie, una guerra nuclear, la propagación de un virus, los cambios de temperatura, son algunas de las hipótesis planteadas. Viene de noche, segundo largometraje de Trey Edward Shults, elige el del virus, para a manera inductiva, pasar a una historia en particular.

La familia de Paul (Joel Edegerton) se ha recluido en una cabaña en medio del bosque, ya que la gente en la ciudad ha empezado a ser víctima de una especie de virus desconocido que deteriora la salud. La incertidumbre de no saber lo que sucede ha desatado la paranoia colectiva en donde cada persona que no es conocida es visto como un enemigo potencial. 

La vida en la cabaña se ve alterada cuando aparece Will (Cristopher Abbot), un hombre que busca refugio para su familia, a la cual aceptarán pero en la cual no confían, las dudas y una situación inesperada llevarán a ambas familias a un estado extremo en donde cualquier paso en falso podría resultar fatal. 

La cinta, escrita por el mismo Shults, nos pone de lleno en una situación en donde impera lo desconocido, ni los personajes ni el espectador saben a ciencia cierta qué es aquello que está acabando con la humanidad, pero se entiende, gracias a la paranoia que experimentan, que no se puede tener contacto con ello. 

La cinta tiene, como primer punto a su favor, una buena creación de los personajes, cada uno de ellos está bien desarrollado y lo que es más importante, reacciona de acuerdo a como ha sido estructurado psicológicamente, así tenemos a los dos padres de familia que están dispuestos a arriesgar todo por hacer sobrevivir a su familia, el hijo de buenos sentimientos pero que sufre de pesadillas o las madres, movidas en buena medida por el mismo instinto de ser madres. Cabe apuntar que esto no sería suficiente si no fuera acompañado por buenas interpretaciones, las cuales son acordes a cada uno de los personajes en la historia.

Otro de los puntos a favor en la cinta es la fotografía, en la cual predominan los tonos oscuros y que trabaja muy bien para la creación de atmósferas, pues en gran medida el poco uso de iluminación en los espacios interiores apoyan la sensación de claustrofobia que experimentan los personajes dad su situación, pero además transmiten al espectador cierta sensación de ansiedad. 

La cinta es acompañada de una dirección de cámara que se convierte en óptima, el director es capaz de imponer el ritmo adecuado a cada una de las acciones que acontecen en la historia, además de que en buena medida sabe implementar movimientos de mara que permiten al espectador "pasear" por el lugar.

Sin embargo y a pesar de los buenos elementos técnicos con los que cuenta, la historia planteada enfrenta el problema de no poder convencer con su objetivo principal, que es el de generar suspenso, pues las creación de los personajes y las reacciones que tienen vuelven un tanto predecible la historia y más aún, después de planteada la situación, la cinta da la impresión de no avanzar a ningún lado, el exceso de paranoia proveniente de los actantes y que en algún momento es transmitido al espectador, no encuentra una razón o un elemento en el cual descargar la tensión ya creada. 

Estos problemas se acrecientan cuando se combinan las pesadillas experimentadas por el hijo de Paul: Travis (Kelvin Harrison Jr.) pues a pesar de ser provocadas por el estado de sitio en el que se encuentra y el estrés que atraviesa 
poco aportan a la trama general, si no es que sólo sirven para distraer. 

Viene de noche es una cinta que termina por contrastar por las dos situaciones ya explicadas, mientras refleja de forma excelsa las formas en que se basa el director para contar la historia, echando mano de un muy buen manejo de cámara y una excelente creación de atmósferas, pero por otro lado presenta una historia que a pesar de presentar personajes bien conformados se pierde en el exceso de paranoia que busca generar en el espectador sin lograr una historia contundente. 

Viene de noche de Trey Edwuard Shults, Estados Unidos, 2017, 91min. Con: Joel Edgerton, Cristopher Abbot, Kelvin Harrison Jr, et. Al.